★★★★☆
Análisis de Lamb
A24 vuelve a la carga con sus producciones alejadas del mainstream y del cine comercial en general. Esta vez es el turno de Lamb, película islandesa, dirigida y producida por Valdimar Jóhannsson, suponiendo su debut como director. La película tuvo su estreno en el festival de Cannes el pasado mes de julio de 2021.
La cinta sigue la historia de María e Ingvar, un matrimonio que vive de la ganadería en la montañosa Islandia, quienes luego de estar distanciados, reviven su relación tras adoptar a un cordero recién nacido, a quien crían como un humano. Acción que con el tiempo desemboca en algo siniestro. Una premisa sencilla que disimula más capas de lo presumible, dando lugar, incluso, a más de una lectura, jugando hábilmente con el suspenso, la intriga y el fantástico.
En su opera prima, Johannson nos plantea un angustioso drama familiar. Un relato íntimo que nos habla sobre la pérdida, el duelo, la identidad, el sentido de pertenencia y el orden natural de las cosas. Una película que despide un aroma a elegancia y cuidado, un trabajo hecho con cariño y suavidad, poniendo especial atención a la estética, ojo con la fotografía, el uso del color y con el tratamiento del sonido, la música y sobre todo con los silencios.
Una apuesta interesante y una mirada curiosa de lo que podríamos considerar una fábula para adultos, un cuento oscuro con un final trágico y no falto de moralina.
La película gana con su simpleza. No es una película que nos vaya a hacer volar la tapa de los sesos, ni lo pretende.
Jóhannsson trabaja con un reparto mínimo, y no necesita más. Noomi Rapace en la piel de Maria es quien resalta y sobre la cual descansa el peso dramático de la historia. Y es que es ella quien finalmente dirige el timón de los eventos que confluyen en aquél infortunado final.
A partir de aquí es necesario empezar a destripar aspectos esenciales de la trama, por lo cual si no han visto la película es mejor que no sigan leyendo. Desde ya los insto a llegar a la película totalmente vírgenes, sobre todo sin haber visto ningún trailer, que para mi gusto revelan más de lo que deberían.
El matrimonio entre Ingvar y Maria se encuentra pendiente de un hilo luego de que Ada (la hija de ambos) muriese. Tiempo después, en época de Navidad, Ingvar y Maria reciben en el parto de una de sus ovejas a una cría híbrida, un cordero humanoide que ambos deciden adoptar y críar como si fuese suyo, y la pasan a llamar Ada. Hecho que propicia el reencuentro amoroso de la pareja.
La llegada de Ada cerca de Navidad supone que ambos entiendan este suceso fantástico como un regalo de la naturaleza, que sin cuestionar aceptan felizmente.
Ante esto Jóhannsson pone sobre la mesa el cuestionamiento ético relativo a lo natural, lo qué es o no adecuado según la naturaleza ¿es prudente adoptar y educar a una criatura híbrida como si fuese un «cachorro humano»? Pétur, hermano de Ingvar, se los hace notar, al punto de querer sacrificarla por considerarla una aberración, pero Ingvar y Maria se sienten felices, y Pétur finalmente termina encariñándose con la criatura.
A pesar de que Ingvar y Maria la tratan como a una niña, Ada gradualmente se da cuenta de su condición. Acá es donde la película se cuestiona sobre aquello que nos hace ser lo que somos, nuestra identidad y la necesidad de pertenecer a un grupo de pares.
Ada tiene más cualidades y facciones de cordero que de humano, no se integra del todo a los hábitos y costumbres humanas: aún come pasto, no le atrae la música, no puede hablar (aunque sí entiende varias cosas y puede negar y asentir). Y poco a poco se va dando cuenta de que es diferente, hasta el plano en donde observa absortamente un cuadro de un rebaño de ovejas, ahí finalmente lo ha comprendido.
No sólo Pétur estaba en discordia que la pareja criara a Ada (al menos en un principio), la oveja que la dio a luz (su verdadera madre), en repetidas ocasiones intentó recobrar a su cría sin éxito. Hasta que un día Maria acaba con su vida de un disparo. Este hecho suscita el evento final de la película. Un carnero híbrido da muerte de un tiro de escopeta a Ingvar. Toma a Ada de la mano y se la lleva. Ada entiende la situación y camina sin resistencia, junto a quien suponemos es su padre, no sin soltar unas lágrimas.
Valdimar Jóhannsson sorprende gratamente con su primicia tras las cámaras y demuestra su buen pulso a la hora de dibujar lo inquietante, de suscitar entornos escalofriantes y perturbadores de un modo fluido y espontáneo. Por ejemplo, cuando vemos la secuencia donde Maria toma en brazos a la criatura, y nos enteramos de su cualidad híbrida, no lo acompaña con ningún subterfugio técnico que potencie la revelación, no incita al espectador a sentir miedo, no acompaña la secuencia con sonidos siniestros o inarmónicos, ni tampoco juega con la cámara sosteniendo el misterio, no, solamente ocurre. Y eso es más inquietante que cualquier cosa.
Pero Jóhannsson no es un Sidney Lumet ni un John Houston, y su primer bebé no está libre de «pecados» (otro concepto presente en la película). La cinta adolece de lo que muchas pelis de esta clase padecen, y eso es, el metraje. Tal vez algunos digan que es carne de corto, o de mediometraje (yo estaría más de acuerdo con lo segundo), y podría ser así, pero no lo fue, y es lo que tenemos y en general no está nada mal.
¿Se podría haber eliminado el personaje de Pétur? Porque da la sensación que su paso por la remota granja no significó nada sustancial al corazón de la trama.
Ahora, si bien el director deja de manifiesto su maestría al momento de producir ambientes tétricos, también sabe como estropearlos.
Y es que a medio película debilita el tono sombrío que nos ofrecía por un aspecto más lúdico, donde vemos por ejemplo a los tres «hijos de Adán» viendo un partido de fútbol, bailando o jugando, que si bien en parte quiere enseñarnos la disonancia innata de Ada respecto al mundo humano, no es forzoso tener que sacrificar el tono de lo que se no ha venido ofreciendo. Y para agilizar el pulso (que la peli es de ritmo pausado) se le puede echar mano al montaje o encajar algo de acción, ¡pero no te me pongas cachondo a mitad de película!
¿Era necesario dividir la historia en capítulos? ¿o es sólo porque queda más cool? Habría sido más oportuno añadir a los capítulos algún título, para de algún modo justificarlos.
Bueno, para cerrar nuestro análisis de Lamb, y dejando en claro que es mi opinión personal, creo que es una muy buena película para ser una opera prima, con muchas virtudes y cosas que pulir. La peli está lejos de ser una obra maestra, pero es una peli curiosa, interesante y original, y eso siempre es de agradecer, mucho.
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