Hay comienzos que son titubeantes, modestos, incluso torpes. Y luego están estos: arranques que parecen haber nacido con siglos de cine a sus espaldas, primeras películas que no son ensayos sino actos creacionales, hitos fundacionales que aún resuenan en la memoria del celuloide.
Esta recopilación no es para indulgencias juveniles ni ejercicios de estilo con pretensiones de grandeza. Aquí veneramos los bautismos cinematográficos que fueron misiles artísticos en pleno vuelo. Las que componen esta selección de las 15 mejores óperas primas del cine son obras que, en lugar de anunciar una promesa, ya venían firmadas con sangre, genio y una cierta mirada criminal hacia la industria que pretendía domesticarlas.
Desde los barrios de Calcuta hasta el París de los niños incomprendidos, desde los callejones expresionistas de Kane hasta los bosques animados de Nausicaä, cada una de estas películas es una declaración de principios. Algunas llegaron con trompetas de estudio. Otras, como Pather Panchali, llegaron pidiendo permiso… y terminaron reescribiendo la historia.
BLANCANIEVES Y LOS 7 ENANITOS
Snow White and the Seven Dwarfs
(1937)
“La inocencia dibujada a mano, la bruja más inolvidable del cine, y un espejo que aún no se cansa de responder.”
Dirección: David Hand (supervisión), bajo producción de Walt Disney | Música: Frank Churchill, Leigh Harline | Técnica: Animación tradicional (más de 1 millón de dibujos hechos a mano) | 89 minutos | Estados Unidos.
La princesa más pura es perseguida por una reina celosa que domina la alquimia del veneno y la vanidad. Siete enanos, una manzana, y el beso que despierta no solo a la princesa, sino a toda una industria.
Fue el primer largometraje animado de la historia, y no solo sobrevivió al escepticismo: lo venció. Con una estética tan dulce como macabra, Disney crea un cuento donde la muerte, el amor y la melancolía bailan al ritmo de un “Heigh-Ho”. El cine animado nació aquí, con lágrimas y aplausos.
Hollywood la llamó “La locura de Disney”. Luego se tragaron sus palabras… con envidia.
Hitler la adoraba. Lo cual demuestra que incluso los monstruos tienen mal gusto, o que ni la belleza puede purificar a un asesino.
Disponible en Disney+ y disponibles ediciones restauradas en Blu-ray.
1
CIUDADANO KANE
Citizen Kane
(1941)

Orson Welles interpreta a Charles Foster Kane en una de las escenas más emblemáticas del cine clásico.
«Rosebud no es solo una palabra. Es el eco fúnebre de la infancia perdida, la inocencia sepultada en la nieve del poder.»
Dirección: Orson Welles | Guion: Herman J. Mankiewicz y Orson Welles | Fotografía: Gregg Toland | Música: Bernard Herrmann | 119 minutos | Estados Unidos
Tras la muerte del magnate Charles Foster Kane, un periodista inicia una investigación para descifrar el enigma que encierra su última palabra: «Rosebud». A través de fragmentos rotos, recuerdos ajenos y espejos narrativos, se reconstruye la vida de un hombre que lo tuvo todo, menos el alma.
No es solo una película: es un manifiesto. Ciudadano Kane redefine la gramática cinematográfica con planos secuencia, profundidad de campo y una estructura narrativa fragmentada. A sus 25 años, Welles demostró que el cine podía ser al mismo tiempo poesía, arquitectura y crítica feroz del poder. Si el séptimo arte fuera una religión, esta sería su génesis moderna.
El personaje de Kane está inspirado en William Randolph Hearst, quien intentó destruir la película y al propio Welles. No lo logró, pero le costó caro.
El trineo original de «Rosebud» fue comprado por Steven Spielberg. Porque hasta los genios coleccionan fetiches.
Disponible en HBO Max, Amazon Prime (alquiler) y DVD/Blu-ray de The Criterion Collection.
2
EL HALCÓN MALTEZ
The Maltese Falcon
(1941)
“La codicia, el humo del cigarro, y una estatuilla que vale más por lo que simboliza que por lo que es.”
Dirección: John Huston | Guion: John Huston (Basado en la novela de: Dashiell Hammett | Fotografía: Arthur Edeson | 101 minutos | Estados Unidos
El detective Sam Spade (Humphrey Bogart) se ve envuelto en una intriga criminal que gira en torno a una misteriosa figura: un halcón negro con historia imperial. Lo que sigue es una danza de traiciones, enigmas y balas en la penumbra.
Huston debutó con la seguridad de un veterano y la precisión de un orfebre. Esta película fundó el cine negro como lo conocemos: cínico, claustrofóbico, moralmente ambiguo. Y encima, nos dio al Bogart definitivo: la masculinidad vulnerable bajo un sombrero inclinado.
Huston dibujó cada plano en storyboards antes del rodaje, como si ya supiera que estaba haciendo historia.
Tercera adaptación del libro, pero la única que vale la pena. Las anteriores murieron por sobredosis de censura.
Disponible en Amazon Prime Video, iTunes y en algunas ediciones físicas de Warner Bros..
LA NOCHE DEL CAZADOR
The Night of the Hunter
(1955)
“LOVE y HATE tatuados en los nudillos, el bien y el mal luchando en una pesadilla infantil filmada como un cuento expresionista.”
Dirección: Charles Laughton | Guion: James Agee, basado en la novela de Davis Grubb | Fotografía: Arthur Edeson | 92 minutos | Estados Unidos
Un predicador psicópata, con la Biblia en una mano y un cuchillo en la otra, persigue a dos niños que esconden un secreto que no cabe en sus bolsillos: el dinero robado por su padre. Una pesadilla moral se cierne sobre ellos en paisajes oníricos.
Es la única película dirigida por Laughton, y bastó para ganarse un lugar eterno. Mezcla expresionismo alemán con folklore estadounidense, terror gótico con parábola bíblica. Mitchum ofrece una actuación tan perturbadora como seductora: el mal disfrazado de religión, o la religión disfrazada de mal.
Fue un fracaso rotundo en su estreno. Hoy se enseña en escuelas de cine como un ejemplo de innovación formal.
Laughton jamás volvió a dirigir. El público fue tan miope que mató al genio en su cuna.
Disponible en Filmin, Criterion Channel, y Amazon Prime Video.
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