★★★☆☆

El pasado 27 de mayo se estrenó en la plataforma de Disney+ la serie más esperada del año 2022, Obi-wan Kenobi. La pregunta es ¿cumplió con las espectativas del público? Dificil respuesta. Curiosamente las réplicas más duras han venido por parte de los fans de la saga galáctica. En tanto la crítica especializada ha demostrado ser más benevolente con el producto. Cabe nuevamente preguntar… ¿son las críticas de los fans realmente apropiadas? Es lo que vamos a ver.

Dirige todos los episodios Deborah Chow, quien ya se había puesto tras las cámaras en 2 episodios de la primera temporada de El mandaloriano.

En el reparto contamos con Ewan McGregor, quien vuelve a ponerse en la piel del maestro Obi-wan Kenobi luego de 17 años, tras La venganza de los sith, pero no es el único que regresa, Hayden Christensen también vuelve para encarnar tanto al poderoso sith Darth Vader como a un «joven» Ankin Skywalker. El elenco principal lo completan Vivien Lyra Blair como Leia-niña y Moses Ingram como la Tercera Hermana inquisidora Reva Sevander.

Bueno, vamos al lío. La serie nos sitúa 10 años después de los eventos finales de La venganza de los sith, y nos plantéa un muy disminuído Obi-wan, resultado de la agobiante culpa que ha pesado en su conciencia luego de haber dejado «morir» a Anakin/Vader en Mustafar. Sumado a ello el fracaso de la orden jedi y el control del Imperio en la galaxía.

Aparecen en escena los Inquisidores, una organización de agentes sensibles a la Fuerza, quienes a las órdenes de Vader, tienen la misión de dar caza a los jedis sobrevivientes a la orden 66. Entre este grupo de asesinos destaca la Tercera Hermana, Reva Sevander, que en su obsesión por complacer a Vader comienza una cruzada personal para dar caza a Obi-wan, que termina con el secuestro de una pequeña Leia Organa obligando así al ahora llamado Ben Kenobi a salir de su auto-exilio, dando lugar a esta nueva aventura.

La serie a sido presa de un gran número de reproches, algunos justificados y otros no tanto: persecusiones tontorronas, escapadas irrisorias, desiciones ilógicas, entre otras situaciones que a más de alguno hizo fruncir el ceño, y con justa razón.

Pero lo peor, con diferencia, fue solicitar una nueva composición músical, incluso para los personajes ya establecidos. Lo podemos entender en series como El mandaloriano y El libro de Boba Fett, en tanto son productos y personajes nuevos que carecían de sus propios leitmotivs. Pero acá tenemos un show centrado en Obi-wan, la princesa Leia, Darth Vader, quienes sí tienen sus propios temas. Incluso el tema de la Fuerza estuvo ausente. Y nada de esto lo pudimos apreciar sino hasta el último episodio, quizás incluídos en respuesta a las mismas críticas.

Debemos entender que la música en Star Wars no es un mero acompañamiento, la música no solo acentúa momentos, sino que forma parte esencial de la aventura galáctica, haciéndola épica, sublime e inseparable del corazón mismo de este mundo creado por Lucas hace décadas. La composición magistral de John Williams es (también) Star Wars. Y este despropósito, a mi juicio, es lo que más a desdibujado la imágen y el carácter de la serie.

Y cómo no sentirnos decepcionados con esto, si el trailer profetizaba un soundtrack de la ostia con Duel of the Fates resonando en la pantalla. A cambio de eso nos dieron a un John Williams reducido al tema inicial y todo el resto no fue más que una composición genérica a cargo de Natalie Holt, totalmente olvidable. Algo que no pasó ni en El mandaloriano ni en El libro de Boba Fett, que todos podemos tararear sus temas.

El caso más polémico se lo llevó la actríz que interpreta a Reva (Moses Ingram), quien fue víctima de insultos racistas en sus redes sociales, algo totalmente inadmisible e injustificable, por mucho que el personaje nos haya caído como patá en la guata.

Reva, de lejos el personaje más desagradable y peor escrito de la serie. Un personaje feroz e impulsivo, pero sobre todo chillón y sin una pisca del carísma que tanto a caracterizado a otros malandras en la saga, ya ni si quiera pensando en un Vader o en un Palpatine, sino en un Jabba, un conde Dooku o un general Grievous.

El arco de la villana Reva es el más caótico y poco creíble. Su causa final «sorpresa» en contra de Vader (por la masacre de los niños younglingen en el templo) no combina con el cruel modus operandi que arrastró durante toda la serie. Incluso la vimos desidida a torturar a una Leia-niña de 10 años. Para luego de ser derrotada por Vader, empecinarse en cargarse a Luke (¡otro niño!) -y sin razón, ya que Vader ignoraba la existencia de sus hijos-. Y todo para al final retractarse en último minuto. Un desarrollo confuso e inverosimil.

Deborah Chow no estuvo libre de palos, la dirección fue uno de los aspectos más valupeados, advirtiendo un abuso de la cámara en mano y secuencias de acción mal rodadas. Pero no todo ha sido quejas, la serie tiene sus defectos, pero seamos justos, también tiene sus aciertos, y no son pocos.

Me parece acertada la decisión de focalizar la trama en Leia en lugar de Luke (como lo insinuaba el trailer, sí, fuimos troleados). Luke es un personaje mucho más trabajado en la saga y nuestra princesa ameritaba un arco propio como este, enfocado en su infancia, enseñando su particular personalidad de lider y colocando sobre la mesa las desigualdades con la niñez de su hermano, un granjero de Tatooine.

La idea de presentarnos a un Obi-wan vencido, fracasado, llevando a cuestas la culpa de haber fallado como jedi, pero sobre todo como maestro y amigo (por la tragedia de Mustafar) es un concepto psicológico cuando menos interesante, más (a mi juicio) que el «mini-documental» antropológico de los tusken que nos ofreció El libro de Bobba Fett en sus primeros episodios.

La propuesta central de la serie se presenta como un viaje, el camino que debe seguir un antiguo maestro jedi para liberarse de la culpa, y de cierta forma, volver a reencontrarse. Y creo que este concepto estuvo muy bien trabajado. Por ejemplo, cuando Obi-wan saluda por primera vez, sólo dice «hello», cuando todos esperabamos su habitual «hello there», no es sino hasta el último capítulo (cuando cierra el «arco» del juguete de Luke) que saluda con su típico «hello there», dando a entender que está nuevamente «completo».

La serie también nos muestra la vertiente civil simpatizante del Imperio, argüyendo la falta de orden en la galaxia, lo que abre un concepto más verosimil desde un punto de vista socio-político totalmente plausible.

Secuencias como un Vader armándose y conectándose con Obi-wan Kenobi, son momentos que son de agradecer. Pero sin duda lo mejor se lo han guardado para el desenlace. El encuentro final entre Vader y Obi-wan. Que sin mucho más que detallar, redime los puntos flacos con un final épico. Incluyendo lo emocionante que fue volver a ver a Liam Neeson como Qui-Gon Jinn, esta vez como fantásma de la Fuerza.

En conclusión me parece una buena serie de aventura especial y entretenimiento. Que si bien no cumple con las altísimas espectativas que procuraba una serie como Obi-wan, supo también entregarnos momentos inolvidables. Como el encuentro de práctica entre Anakin y Obi-wan que se muestra en un flashback, aunque con el rejuvenecimiento de Hayden Christensen parece que hicieron vista gorda… ¡plop!